Las risas de Aarón.

Pues por ahí andaban los Natanes, checando los detectores de humo como parte de la tarea que tiene que hacer Nathancillo para su clase de los Exploradores del Rey, y al parecer toda esa actividad le causaba mucha gracia al Aaroncillo.

Sucede que cada mes debe uno checar si dichos detectores están trabajando bien; para checarlos, se deben quitar y aplanar un botoncito; si pilla es que la pila todavía esta cargada, si no, hay que poner pilas nuevas.

A Aarón le dió mucho gusto el saber que todo estaba en orden.

Claro que a Daniel le gustaría que hubiera un poco de humo un día de éstos, para poder ver a los bomberos en acción y asustarlos con su impresión de dinosaurio..........ah! sí, por si no sabían, ese grito que se aventaba Daniel era más bien un dinosaurio.

Una cosa si es segura: con un bebé tan lleno de asombro por cada cosa nueva que descubre, ni quien se aburra.