Thursday, April 2, 2009

Entre pintura y pinceles.


     El martes de la semana pasada el Gringo Viejo (el apodo que cariñosamente le impuse a mi suegro) se sometió a una delicada operación para trasplantarle un hombro de titanium; desde hace varios años hemos notado que poco a poco estaba perdiento movilidad en su hombro izquierdo; el año pasado los médicos le dijeron que estaba completamente inservible y que la única manera de ayudarlo era cortándole el hueso e instalarle un hombro de fierro, nuevecito y brillosito.

     Queriendo tener un gesto de bondad para el viejón, me dí la oportunidad se soltarme el pelo y sacar unos botes de pintura que casi nunca usamos. La razón por la que nunca jugamos con pintura es porque soy muy apretada cuando de hacer mugrero se trata. En pocas palabras, muchas veces prefiero que los chiquelos se aburran a que me ensucien la casa. Ese dia, aunque era temprano por la mañana y todos andabamos todavía en pijamas, se sentía un ambiente de incomformidad. Los niños se veían aburridos y fastidiados. Y yo necesitaba encontrar algo para sacarlos de esa actitud, o me arriesgaba a pasar el resto del día interviniendo en sus peleas.

     Así es que cuando los niños andan aburridos y fastidiados, una madre inteligente se da cuenta que necesitan ponerse a trabajar en algo. Y como yo soy una madre muy inteligente (digo, si no me hecho flores yo, 'tonces quien?) saqué el montón de pinturas, pinceles y papel y los alboroté toditos para que le hicieran una tarjetita al abuelo, deseándole que se recupere pronto y recordandole que se le quiere, se le quiere.

     Es increíble el cambio de ánimo en los huerquillos cuando les alborotas la creatividad.

     Quién se imaginaba que un cartón de huevos, lleno de pintura, pordría ser una herramienta perfecta para calmar las ansias de tres hombrecitos?



Hasta a mi se me antojaba volver a ser niña y soltarme el chongo.
Pero preferí captar las caritas de los niños, concentrados en su trabajo.



Natancillo, siempre con la lengua de fuera cuando está concentrado.


Y este si que es un milagro: Aarón, concentrado, 
trabajando en silencio y con mucha dedicación. 
Nunca, nunca, nunca lo había visto así.








Y mi Danny.....tan dulce......tierno como un elote.
















Oh, oh...Aarón está perdiendo el decoro!










Ay, que pechocho!!!


Las heroínas del dia: botellas de pintura.





Y el cambio en la actitud de los chavalillos es inmesurable.







Ojalá que al Gringo Viejo le gusten mucho las obras de arte que hicimos en su nombre.


Colorín, colorado. 'Ai se ven!



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